sábado, 26 de marzo de 2011

Telefónica carga contra Apple y Google

En Telefónica no ha gustado la imagen del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, convocando de urgencia y cenando con los líderes de las principales empresas tecnológicas estadounidenses , Apple, Google, Twitter, Facebook... "Hay una fiesta y no nos han invitado", afirmaron tanto el presidente de la operadora española, César Alierta, como el consejero delegado, Julio Linares, en una reunión ante sus principales directivos en Latinoamérica, celebrada a principios de mes, según aseguran fuentes de los asistentes.

En ambos casos, los ejecutivos estaban señalando una fotografía de la cena entre Obama y las grandes empresas estadounidenses, una muestra de que las compañías que concentran el poder de los contenidos y los servicios están en Estados Unidos. Europa, en cambio, tiene importantes operadoras, lo que convierte la lucha entre telecos y proveedores de servicios en una batalla también territorial.

En el fondo del conflicto está la reclamación de las operadoras de que los proveedores de servicios y contenidos ayuden a sufragar las costosas inversiones en redes que deben acometer las telecos para evitar la saturación, y así lo han pedido compañías como Telefónica o France Télécom. En este caso, Google es el objetivo prioritario. Contra Apple se blanden sus sistemas cerrados, accesibles solo a sus propios usuarios, como el acceso a las aplicaciones o la dificultad para transportar las canciones compradas en su tienda a otros dispositivos que no sean de la marca. Las operadoras, por el contrario, propugnan sistemas abiertos y aplicaciones accesibles desde cualquier dispositivo a todos los usuarios, al margen de empresas y redes. Estas dos actitudes convierten a las operadoras en meras proveedoras de red, cuando su objetivo es participar también en los servicios de valor añadido que se dan sobre ellas y aportar sus fortalezas, como es la relación directa con millones de clientes y la capacidad de facturarles cada mes.

Pese a estas críticas, Alierta quiso dejar claro que el poder de Apple no es tanto como se cree. Puede que su cuota en el mercado de teléfonos inteligentes sea alta, pero se diluye mucho si se tiene en cuenta el total de terminales vendidos en el mundo.

Los directivos de Telefónica también ilustraron una nueva tendencia que refuerza el papel de las redes fijas. La explosión de los teléfonos inteligentes y las tabletas disparó el tráfico de datos en las redes móviles, pero el proceso se está revirtiendo, ya que los usuarios cada vez más tienden a conectarse a través de wifi cuando están en sus casas o en su trabajo.

Invitados especiales

La convención de Telefónica con sus directivos de Latinoamérica contó con más de 500 asistentes y con algunas caras conocidas. La principal fue Mario Vargas Llosa , el último premio Nobel de Literatura, que abrió el encuentro con una charla a los asistentes en la que habló sobre su vocación de escritor. No fue el único invitado ilustre. Alán García, presidente de Perú, también tuvo una intervención en el segundo día de la convención. La sorpresa la puso el presidente de Iberia y de IAG, Antonio Vázquez, quien dio todo un recital de ópera a los asistentes a la cena oficial que tuvo lugar durante la convención.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La NASA crea un rayo láser contra la basura espacial






El problema de la basura espacial sigue sin resolverse. A pesar de que prácticamente todos los meses se presenta alguna nueva propuesta, la chatarra que se encuentra en la órbita terrestre sigue girando y amenazando la integridad de satélites y astronautas. La ultima solución propuesta es un sistema de rayos láser poco potentes, situado en tierra, que al estilo Missile Command destruiría estos restos. La idea es de la NASA, y muchos creen que podría funcionar.


Desde 1978, cuando el científico de la NASA Donald Kessler predijo que una colisión entre dos piezas de basura espacial podría desencadenar una nefasta cascada de efectos en cadena creando aún más escombros peligrosos, los científicos están buscando una manera efectiva de deshacerse de esta amenaza. En ese momento Kessler hizo notar que si la velocidad con la que se genera esta basura es mayor a la velocidad con la que se la elimina, la Tierra quedaría rodeada de un cinturón de basura, al que ahora se conoce como “el síndrome de Kessler”.
Lo que en 1978 no era más que una teoría está a punto de convertirse en realidad, y no son pocos los que creen que dicho escenario ya está entre nosotros, sobre todo cuando ocurren desastres como la colisión que tuvo lugar hace un par de años entre los satélites Iridium 33 y Cosmos 2251. Ese choque no hizo otra cosa que crear la “nefasta cascada de efectos en cadena” descripta por Kessler.
Y ese no ha sido el único evento que potencialmente podría haber originado el principio del síndrome de Kessler. Dos años antes el ejército chino, para probar la efectividad de un nuevo tipo de arma, destruyó uno de sus propios satélites, el Fengyun 1C. Ambos incidentes ocurrieron a una altura estimada de 800 kilómetros, una región de la órbita en la que se encuentran varios satélites, incluidos algunos de la Agencia Espacial Europea como el Envisat. Pero a pesar de todas las advertencias y los accidentes ocurridos, nada parece cambiar. Se han propuesto varios sistemas destinados a solucionar el problema, que incluyen desde robots espaciales hasta redes gigantes encargadas de “pescar” los restos, pero no hay indicios concretos de que ninguno de estos sistemas se haya empezado a construir. Las agencias espaciales se limitan a “mover” sus satélites de la ruta de los trozos de chatarra conocidos, y poco a poco -tal como ocurre con tantos otros- la órbita terrestre se va convirtiendo en un recurso sobreexplotado que tarde o temprano será inutilizable.
Quemados en la atmósfera

Pero en las últimas horas ha aparecido una luz de esperanza. La agencia espacial estadounidense -la NASA- ha anunciado un proyecto destinado a acabar con la basura espacial que, al menos desde lo económico, podría resultar viable. Tal como lo ha explicado James Mason, del NASA Ames Research Center en Palo Alto, su idea consiste en utilizar un rayo láser para resolver el problema. Pero a diferencia de otros proyectos que buscan destruir las piezas de chatarra con rayos de ciencia ficción, el proyecto de la NASA simplemente busca desacelerarlos ligeramente, modificando su órbita de forma que se quemen en nuestra atmósfera al hacer un reingreso a alta velocidad. La idea es buena, y solo se necesitan láser de baja potencia, unas 10 veces menos poderosos que algunos modelos de uso militar. A pesar de su relativamente baja intensidad -solamente unos 5KW- este haz de fotones alcanzaría para cumplir su objetivo.
El sistema parece bastante más viable que el desarrollo de una flota de robots orbitales que se dediquen a perseguir y destruir objetos en el espacio. El coste -comparativamente hablando- es seguramente de risa, y tanto China como EE.UU. deben de tener en sus arsenales varias docenas de equipos láser perfectamente capaces de cumplir con estos objetivos. Si la administración de la NASA apoya la iniciativa, se podrían comenzar a hacer pruebas en muy poco tiempo. Mason y su equipo creen que este sistema podría revertir el síndrome de Kessler, al suponer una tasa de remoción de escombros superior a la tasa de creación. Si todo sale bien, esta especie de Missile Command “a lo bestia” despejaría la órbita en relativamente poco tiempo. Solo hay que ponerse manos a la obra antes de que un trozo de basura espacial cause problemas graves, amenazando por ejemplo alguna misión tripulada.

domingo, 20 de marzo de 2011

¿A dónde se van los globos que se les escapan a los niños?




¿A quién no le ha ocurrido? Acabamos de comprar un globo de esos brillantes y enormes rellenos de helio que encandilan las mentes infantiles. Se lo ofrecemos a un pequeño que, en ese instante, convierte su cara en una única y enorme sonrisa, pero… horror, suelta la cuerdecita y la ilusión sale volando por los aires. No hay consuelo. Los argumentos a esgrimir no convencen: que si se va a ir con las estrellas, con el sol, con los pájaros, que lo cogerán desde algún avión…
Lo damos por perdido, irrecuperable, pero seguro que el niño seguirá imaginando, convencido hasta la médula de que será capaz de encontrarlo una vez haya caído al suelo o cuando se haya quedado incrustado en el mismísimo universo. Pero… ¿y si su convencimiento no estuviera tan desencaminado? ¿Y si pudiéramos saber el punto exacto donde el fugitivo globo terminará su viaje?
Precisamente en esa labor ha estado trabajando el alemán Patrick Glaschke, que ha desarrollado un software capaz de simular dónde van a parar los globos que se les escapan a los niños. Por supuesto, su investigación tiene aspiraciones más "serias", como son calcular con la mayor exactitud posible las trayectorias de globos de observación, monitorización de la contaminación, el tráfico, etc...
A partir de los datos meteorológicos de la zona, el programa realiza una estimación de la trayectoria que seguirá el globo. Además, en su estudio experimental ha demostrado que un globo de helio, en condiciones óptimas, puede ascender a más de 10 kilómetros de altura, permanecer en el aire más de 24 horas y recorrer una distancia de hasta 3.000 kilómetros.
No obstante, por lo general, la vida media de un globo está entre las dos y cinco horas, y en ello influyen de manera decisiva las condiciones meteorológicas y el viento. De modo que pueden hacer que globos que partieron del mismo lugar acaben en lugares muy distantes entre sí.
Un final explosivo

¿Pero qué ocurre realmente según asciende? El globo se irá hinchando y o bien se mantiene flotando durante unas horas a pocos kilómetros de altura donde van perdiendo helio y acaba cayendo al suelo o no es capaz de resistir la diferencia de presión entre su interior y la atmósfera, por lo que terminará explotando convertido en una multitud de brillantes tiras.
Gracias al software desarrollado por Glaschke será mucho más fácil saber dónde acaban. No hay que restar méritos al invento, al menos por curioso pero, sinceramente, si a su hijo se le escapa un globo, lo mejor será que opte por comprar otro y que asegure su cuerda. La opción de buscarlo puede resultar demasiado complicada...

miércoles, 16 de marzo de 2011

Británicos e irlandeses son descendientes de pescadores españoles

Británicos e irlandeses son, a través de sus ancestros celtas, lejanos descendientes de pescadores venidos de España, según Bryan Sykes, profesor en genética humana de la Universidad de Oxford.

Los celtas tienen una "huella" genética casi idéntica a la de antiguos habitantes de las regiones costeras de España, que habrían emigrado hacia el norte entre 4.000 y 5.000 antes de Cristo, explica Sykes, quien publica esta semana un libro sobre el tema, titulado Sangre de las islas.

Hasta ahora, los celtas eran considerados como descendientes de tribus de Europa central. El profesor Sykes pasó cinco años examinando muestras de ADN extraídas de 10.000 voluntarios en Gran Bretaña y en Irlanda para establecer su tesis. "Hace cerca de 6.000 años, los ibéricos desarrollaron barcos capaces de navegar los océanos que les permitieron cruzar el canal de la Mancha. Cuando llegaron había ya habitantes en Gran Bretaña, pero sólo algunos millares. Estas personas fueron asimiladas en una tribu celta más grande. La mayoría de las personas en las islas británicas en realidad son descendientes de españoles", explicó el profesor Syke.

Celtas, ancestros de ingleses

El otro descubrimiento del equipo de la Universidad de Oxford es que, contrariamente a los que se creía, los celtas no son sólo ancestros de los escoceses, de los galeses e irlandeses, sino también de los ingleses.

Según estas investigaciones, la gran mayoría de los británicos descienden de las seis olas de inmigración (celtas, vikingos daneses y luego noruegos, norteafricanos, de Oriente Medio y romanos) que precedieron a la conquista normanda. Entre estas, la huella genética más común es la de los celtas."Aunque los países celtas hayan sido hasta ahora considerados como genéticamente diferentes a los ingleses, esto no es completamente cierto", asegura el profesor Sykes.

"Es significativo porque la idea de una raza céltica separada está profundamente enraizada en nuestra estructura política y ha sido causa de divisiones históricas. Culturalmente, la visión de una raza separada puede sostenerse. Pero desde un punto de vista genético, Gran Bretaña no es una nación dividida".

Logran escribir información, como la que se usa en los ordenadores, sobre la superficie de molécula

Un estudio internacional en el que ha colaborado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado escribir información, en forma de ceros y unos, como la que se usa en los ordenadores, sobre una superficie cubierta de moléculas magnéticas.

Según ha señalado el CSIC, los resultados de esta investigación, publicados en la revista 'Nature Communications', "constituyen un avance en el camino hacia el almacenamiento de datos a gran escala".

"En los ordenadores, los discos duros almacenan datos codificando ceros y unos mediante magnetismo en pequeños sectores de superficie. Hacer lo mismo a escala atómica supondría multiplicar la capacidad de almacenamiento en millones de veces, reducir el gasto de energía del ordenador y aumentar la velocidad de lectura y escritura", explica el investigador del CSIC Nicolás Lorente, del Centro de Investigación en Nanociencia y Nanotecnología.
La ventaja que ofrecen las moléculas respecto a los átomos a la hora de codificar datos es su asimetría. "Un átomo es esférico respecto a su momento magnético. Es decir, es igual desde cualquier ángulo, y para poder escribir sobre él es necesario primero romper esa simetría, lo que es extremadamente difícil", apunta Lorente.

Convertir las moléculas en minúsculas unidades de almacenamiento de un bit tampoco ha sido tarea sencilla para los investigadores. "La imantación es lo que permite escribir sobre las moléculas. Para transmitirles ese magnetismo lo que hicimos fue bombardearlas con haces de electrones. Sin embargo, vimos que el magnetismo variaba de una molécula a otra y nos preguntamos por qué unas se imantaban y otras no", continúa Lorente.

Los investigadores encontraron que la explicación de este fenómeno se hallaba en la geometría de las moléculas que modifica su estructura electrónica. La investigación ha demostrado que los cambios en la geometría molecular alteran la imantación de las moléculas y que, además, esos cambios pueden ser reversibles, y por tanto controlables, mediante la exposición de las moléculas a bombardeos de electrones.

El método para comprobar si una molécula está imantada es el efecto Kondo, que caracteriza el comportamiento de algunos conductores eléctricos a baja temperatura. "A voltajes pequeños, la aparición o ausencia del efecto Kondo implica grandes variaciones de la resistencia eléctrica. Esa resistencia es fácilmente medible", añade el investigador del CSIC.

Esta tecnología tiene, por ahora, la limitación de que sólo es posible a muy bajas temperaturas, de 30 grados kelvin (unos -243ºC), muy alejadas de las habituales en la vida cotidiana.

¿Por qué no hay saqueos en Japón?

"Ahora seguro suben los precios de los productos de primera necesidad", me dijo un amigo refiriéndose al desastre que hoy sigue viviendo Japón. "No creo, no los imagino haciendo eso", le contesté. Es que no se manejan de esa manera, frente a una catástrofe de esta magnitud. A ningún japonés se le ocurriría hacer negocio con la tragedia. 

Para algunos será difícil de entender y a otros les generará hasta un poco de envidia, pero la realidad es que en Japón no hubo saqueos ni grandes disturbios tras los terremotos y posteriores tsunamis. De hecho, la policía sólo salió a las calles a rescatar ancianos, niños y ayudar a los más damnificados. No fue necesario que marcaran los límites porque cada uno de los ciudadanos tiene bien en claro cuáles son. 

La sociedad nipona tiene un pensamiento de tipo grupal y eso es una gran virtud en momentos como este. No hay espacio para el individualismo. La prioridad siempre es el otro y eso lo viví en vivo y en directo muchísimas veces, cuando se desvivían por ayudarme al verme cara de extranjera. Esa manera de pensar es la que los ayuda hoy más que nunca, es la que les permite darse cuenta que si hacen algo que perjudique al otro, se están perjudicando a ellos mismos. 

Se me ocurre una pregunta: ¿Sabrán qué quiere decir la palabra "saqueo"? Digo, porque nosotros no necesitamos de un terremoto para experimentarlo. No sé si sabrán qué quiere decir, pero lo que sí saben seguro, es lo que significa vivir una catástrofe. De hecho varias generaciones de japoneses ya las han experimentado. 

Pero. ¿dónde aprendieron a ser tan calmos, tan correctos? Me acuerdo que durante mi estadía, esa actitud muchas veces me llegó a poner hasta nerviosa, pero hoy los admiro, y me animaría a decir que no en cualquier otra parte del mundo sucede esto. "Y qué querés, son del primer mundo", me contestarían muchos de ustedes. Creo que esta reacción no tiene que ver exclusivamente con el nivel de confort en el que viven, aunque reconozco que el no pasar hambre influye bastante. El respeto hacia el prójimo en absolutamente todas sus facetas y frente a cualquier escenario es parte de la idiosincrasia japonesa; es como si lo llevaran en su ADN. 

Sin embargo, a pesar de haber vivido allá y de creer que los conozco bastante, me sigo sorprendiendo de sus conductas. Hoy Japón tiene problemas muy graves: las continúas réplicas, los tsunamis, la amenaza nuclear, el dolor, el miedo y otras tantas cosas; pero hay algo que tiene a favor y siempre lo tendrán, se tienen a ellos mismos. Mientras cada japonés se comporte en pos del grupo y del bien común, Japón seguirá caminando... y casi sin darse cuenta, nos están dando una lección a muchos de nosotros.