miércoles, 10 de octubre de 2012

Un gran cometa para otoño de 2013.- EL C/2012 S1 (ISON)




El pequeño mundo de los observadores aficionados lleva unos días revolucionado. El pasado 21 de septiembre, los astrónomos rusos Vitali Nevski y Artyom Novichonok del International Scientific Optical Network (ISON), de ahí el nombre, descubrieron en la constelación de Cancer un nuevo cometa, actualmente de magnitud 18.8. Parece ser que, posteriormente, se ha localizado el cometa en fotografías de 2011, lo que ayuda a una pronta determinación de la órbita del mismo.


En este momento, teniendo siempre en cuenta que las previsiones de un cometa del que poco se sabe son siempre inciertas, los cálculos apuntan a que podría llegar a convertirse en un cometa realmente espectacular, visible a simple vista durante varios meses. Se calcula que en junio de 2013 tendrá magnitud 14. En septiembre de 2013, de nuevo en Cancer, estará ya al alcance de telescopios de aficionado, con magnitud 11.5, para ir ganando brillo rápidamente según se acerque al perihelio, a tan solo 0.012 UA (1.8 millones de kilómetros) el 29 de noviembre de 2013.

Se trata de un objeto pequeño (5 km aproximadamente) que, si sobrevive a un paso tan cercano al Sol, puede quedar realmente espectacular en los primeros días de diciembre.

¿Que brillo puede llegar a alcanzar? Algunos hablan de -7 en el perihelio (difícilmente observable en ese momento, por su proximidad al Sol), mientras que otros, más optimistas, llegan a hablar de -10.

En cualquier caso, el mejor momento para su observación llegará tras el perihelio, cuando el cometa comience a ser visible al atardecer (el hemisferio norte lo tendrá mejor esta vez) y tengamos ocasión, quizá, de ver algo como en el esquema >>>

Astrobob comenta en su página que la órbita de este cometa recuerda a la del Gran Cometa de 1680, cometa que fue observado por Newton y que resultó ser un espectáculo maravilloso. De todas formas, aquel cometa tenía una órbita algo más cercana al Sol, pues se acercó a tan solo 200 000 km.

domingo, 7 de octubre de 2012

La telepatía ha sido comprobada científicamente



Repetidos experimentos, avalados por numerosos científicos, han comprobado la existencia de fenómenos de percepción extrasensorial; sin embargo, el mainstream de la ciencia sigue rechazando a la telepatía, acaso víctima de un nuevo dogma, avatar de una estrecha visión religiosa.
La ciencia lleva la voz dominante de lo que es real en nuestra cultura. Su método de obtención de conocimientos, aparentemente objetivo y riguroso, se ha erigido como el más efectivo dentro de nuestro paradigma sociocultural. Sin embargo, como antes la religión, que tanto criticó, la ciencia ha construido una autoridad oficial que en ocasiones legisla a través del dogma.

Un caso que parece demostrar lo anterior es el de la telepatía o la percepción extrasensorial (ESP, en inglés). Como bien muestra Chris Carter, maestro por la Universidad de Oxford, en un reciente ensayo, existen numerosas pruebas científicas que comprueban la existencia de la telepatía y sin embargo ésta es considerada como una aberración del pensamiento mágico insuperado por las conciencia primitivas que merodean las afueras de los laboratorios y las universidades.

Este prejuicio que pende sobre lo mal llamado "paranormal" tiene un larga historia, adoptado incluso por científicos tan reconocidos como Einstein, quien llamó despectivamente al fenómeno que hoy conocemos como entrelazamiento cuántico " spooky action at a distance " ("acción fantasmagórica a distancia").

Carter traza la historia del sesgo (paradójicamente) irracional que existe en contra de la telepatía que recurrentemente se manifiesta en la ciencia. Por ejemplo, recientemente el famoso psicólogo escéptico Richard Wiseman admitió que la evidencia que se tiene de la telepatía es tan buena que "para los estándares de cualquier otra área de la ciencia está comprobada". Carter trae a colación que esto viene sucediendo desde décadas atrás. El psicólogo Donald Hebb escribió en 1951:

¿Por qué no aceptamos la percepción extrasensorial como un hecho psicológico? Rhine ha ofrecido suficiente evidencia para convencernos en casi cualquier otra cuestión. Personalmente, no aceptó la percepción extrasensorial porque no hace sentido.

Mi criterio externo, tanto de física como de fisiología, dice que la la percepción extrasensorial no es un hecho pese a la evidencia de que ha sido reportada. No puedo ver que otra base tienen mis colegas para rechazarla. Rhine puede acabar estando en lo correcto, improbable como pienso que es, y mi propio rechazo de esta perspectiva es –en el sentido literal– prejuicio.

Cuatro años después George Price publicó un artículo en la prestigiosa revista Science:

Los creyentes en los fenómenos psíquicos... parecen haber dado con una decisiva victoria y virtualmente silenciado a la oposición. La victoria es el resultado de cuidadosa experimetación e inteligente argumentación. Docenas de experimentadores han obtenido pruebas positivas de percepción extrasensorial en experimentos, y los procedimientos matemáticos han sido aprobados por los más destacados estadísticos... Contra esta evidencia, casi la única defensa que le queda al científico escéptico es la ignorancia.

George Price, del departamento de medicina de la Universidad de Minnesota, sin embargo, dijo que ya que la parapsicología y la ciencia moderna son incompatibles se debía rechazar la telepatía –como si el edificio de la ciencia moderna hubiera sido construido con oro solido y nada pudiera mancillarlo o derribarlo (o todo aquello que amenazara con hacer esto debería de ser marginado).


Los anteriores ejemplos muestran claramente que los escépticos consideraban que si la telepatía fuera un campo de investigación como los otros que investiga la ciencia, ya habría sido aceptada como una realidad. Sin embargo, por ser un caso especial se requiere "evidencia extraordinaria". Pero esta evidencia extraordinaria contrasta con la experiencia ordinaria de miles y miles de personas que viven la telepatía como algo común en sus vidas cotidianas.

Curiosamente, según un par de encuestas citadas por Carter, incluso los físicos se inclinan en más de un 50% a creer que la telepatía existe, pero los psicólogos se inclinan a negar esta posibildad.



Una de las principales razones por las que los científicos se oponen a la telepatía, pese a las pruebas experimentales, es que supuestamente, en palabras de Richard Dawkins "pone de cabeza las leyes de la física".

Pero esto, según Carter, en realidad solo aplica a la física clásica, y no a la física cuántica actual. No ocurre una contradicción con el modelo de la física cuántica actual, en el que partículas subatómicas exhiben una conexión instantánea a distancia, lo que se conoce como entrelazamiento cuántico, repetidas veces probado en el laboratorio desde el seminal experimento de Alain Aspect en 1981.

En el esfuerzo de entender cómo funciona la telepatía desde un modelo científico es interesante revisar el trabajo de Rupert Sheldrake, quien no sólo ha realizado experimentos midiendo la telepatía humana y animal, sino que ha establecido una base teórica para entender la percepción extrasensorial, particularmente la transmisión psíquica de información a distancia.

Sheldrake ha observado indirectamente la existencia de lo que llama "campos mórficos" o "campos morfogenéticos", los cuales almacenan la memoria de una especie incorpóreamente. Sheldrake sugiere que los seres vivos entran en un estado de resonancia con estos campos –o con otros miembros de su especie– y de esta forma reciben información puntual a distancia.

Quizás sería bueno recordarles a algunos científicos como las creencias religiosas en su momento fueron el enemigo principal del conocimiento... como la creencia en general va en detrimento de la inteligencia. Ya que su creencia en un modelo del mundo les impide observar sin filtros los datos experimentales que se contraponen a su visión de cómo son las cosas (una visión que es más un cómo deberían de ser las cosas).

Todos proyectamos nuestros pensamientos y creencias en el mundo, pero supuestamente la ciencia estaba libre de esto. Una ciencia que por otro lado ha descubierto que esa proyección, ese acto de observación con un instrumento, modifica la realidad observada.

jueves, 4 de octubre de 2012

El Hubble retrata a una galaxia espiral cubierta de polvo



El Telescopio Espacial NASA/ESA Hubble nos vuelve a asombrar con una imagen de una galaxia cercana. Esta semana nos acerca a la NGC 4183, vista aquí sobre un hermoso telón de fondo salpicado por otras galaxias más lejanas.

Esta galaxia se encuentra a unos 55 millones de años luz de nuestro Sol y tiene una extensión de cerca de 80.000 años luz, un poco más pequeña que la Vía Láctea. La NGC 4183 pertenece al grupo de la Osa Mayor y se ubica en la constelación de Canes Venatici ('Los Perros Cazadores' o 'Los Lebreles').

La galaxia NGC 4183 presenta una estructura espiral abierta y un núcleo apenas perceptible. Desafortunadamente, desde la Tierra la vemos de canto, lo que nos impide apreciar sus brazos espirales en toda su magnitud. No obstante, esta imagen nos muestra su disco galáctico con un asombroso nivel de detalle.

Los discos de las galaxias están compuestos principalmente de polvo, gas y estrellas. En esta imagen podemos distinguir unos intrincados filamentos de polvo sobre el plano galáctico que bloquean parcialmente la luz emitida por el núcleo de la galaxia.

Recientemente se ha presentado una hipótesis que sugiere que la NGC 4183 podría tener una estructura barrada. Las 'barras' galácticas canalizan el gas desde los brazos espirales hacia el centro de la galaxia, acelerando la tasa de formación de estrellas en esta región.

La galaxia NGC 4183 fue observada por primera vez el 14 de enero de 1778 por el astrónomo británico William Herschel.

Esta fotografía es una composición de las imágenes tomadas en las bandas de la luz visible y del infrarrojo por el Canal de Gran Angular (WFC) de la Cámara Avanzada para Sondeos (ACS) del Telescopio Espacial Hubble. El campo de visión abarca unos 3.4 minutos de arco.

lunes, 1 de octubre de 2012

Se mide por primera vez el radio de un agujero negro



Un equipo internacional, dirigido por investigadores del Observatorio Haystack del MIT, han podido medir por primera vez el radio de un agujero negro situado en el núcleo de una galaxia distante, calculando la distancia más cercana a la que la materia puede acercarse antes de ser irremediablemente atraída hacia el interior del agujero negro.

Los científicos han aunado el potencial de tres antenas de radio situadas en Hawai, Arizona y California para crear un conjunto de telescopios denominados "Telescopio de horizonte de sucesos" (EHT) capacitado para ver detalles 2.000 veces más finos de lo que se consigue con la óptica del Hubble. Con estos instrumentos se estudió a M87, una galaxia situada a 50 millones de años luz de la Tierra. M 87 contiene un agujero negro 6 mil millones de veces más masivo que nuestro Sol. Los científicos observaron el resplandor de la materia cerca del borde del agujero negro, en una región conocida como horizonte de sucesos. Una vez que los objetos caen dentro de este horizonte son irremediablemente aplastados por la gravedad del agujero negro.

Shep Doeleman, director asistente en el Observatorio Haystack del MIT e investigador asociado en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano y sus colegas han publicado los resultados de su estudio en la revista Science.

La Teoría de la Gravedad de Albert Einstein predice que la fuerza de gravedad es tan fuerte en los agujeros negros supermasivos que son los objetos más extremos detectados. En ellos, explica Doeleman, «la gravedad se vuelve completamente loca y aplasta una enorme masa en un espacio increíblemente reducido». En el borde de un agujero negro, la fuerza gravitatoria es tan fuerte que tira de todo lo que pasa por sus alrededores. Sin embargo, no todo lo que puede cruzar el horizonte de sucesos se mete en el agujero negro. El resultado es un «atasco de tráfico cósmico», en el que el gas y el polvo se acumulan, creando una capa de materia conocida como disco de acreción. Este disco orbita el agujero negro a casi la velocidad de la luz, alimentándolo con una dieta constante de material sobrecalentado. Con el tiempo, este disco puede provocar que el agujero negro gire en la misma dirección que el material en órbita.