lunes, 1 de octubre de 2012

Se mide por primera vez el radio de un agujero negro



Un equipo internacional, dirigido por investigadores del Observatorio Haystack del MIT, han podido medir por primera vez el radio de un agujero negro situado en el núcleo de una galaxia distante, calculando la distancia más cercana a la que la materia puede acercarse antes de ser irremediablemente atraída hacia el interior del agujero negro.

Los científicos han aunado el potencial de tres antenas de radio situadas en Hawai, Arizona y California para crear un conjunto de telescopios denominados "Telescopio de horizonte de sucesos" (EHT) capacitado para ver detalles 2.000 veces más finos de lo que se consigue con la óptica del Hubble. Con estos instrumentos se estudió a M87, una galaxia situada a 50 millones de años luz de la Tierra. M 87 contiene un agujero negro 6 mil millones de veces más masivo que nuestro Sol. Los científicos observaron el resplandor de la materia cerca del borde del agujero negro, en una región conocida como horizonte de sucesos. Una vez que los objetos caen dentro de este horizonte son irremediablemente aplastados por la gravedad del agujero negro.

Shep Doeleman, director asistente en el Observatorio Haystack del MIT e investigador asociado en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano y sus colegas han publicado los resultados de su estudio en la revista Science.

La Teoría de la Gravedad de Albert Einstein predice que la fuerza de gravedad es tan fuerte en los agujeros negros supermasivos que son los objetos más extremos detectados. En ellos, explica Doeleman, «la gravedad se vuelve completamente loca y aplasta una enorme masa en un espacio increíblemente reducido». En el borde de un agujero negro, la fuerza gravitatoria es tan fuerte que tira de todo lo que pasa por sus alrededores. Sin embargo, no todo lo que puede cruzar el horizonte de sucesos se mete en el agujero negro. El resultado es un «atasco de tráfico cósmico», en el que el gas y el polvo se acumulan, creando una capa de materia conocida como disco de acreción. Este disco orbita el agujero negro a casi la velocidad de la luz, alimentándolo con una dieta constante de material sobrecalentado. Con el tiempo, este disco puede provocar que el agujero negro gire en la misma dirección que el material en órbita.

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